Por Autor Conocido
El ambiente político dentro de los dos partidos preponderantes en Tamaulipas, el Movimiento de Regeneración Nacional y el Partido Acción Nacional, se encuentra en un ambiente más cálido subiendo de tono producto de los procesos internos involucran directamente a la militancia, pero también a sus principales actores, todo esto pues miras a la próxima elección del 2027.
En cada uno las cosas están muy agitadas. En el bando guinda este domingo se presentó un incidente mediáticamente viralizado en el sector Benito Juárez, perteneciente al ejido La Pedrera. La votación para elegir al líder del sector por parte del organismo oficial produjo un conato de bronca entre los propios seguidores, alegando cada uno los intereses de figuras para influir en la decisión.
Los dimes y diretes estuvieron por toda lados. Unos señalaron al alcalde Armando Martínez de meter a su gente para contar con una representante en el sitio. La misma hipótesis se apuntó pero en otra dirección, hacia el diputado local Marcelo Abundis al aprovechar su estructura dejada en Bienestar. Hasta el lunes, el legislador afirmó que la culpa no era suya.
Precisamente el lunes en la capital Ciudad Victoria, el dirigente de los consejeros estatales Rómulo Garza tomó lo sucedido como un caso aislado, a pesar de los jaloneos, empujones, recordatorios de 10 de mayo y, particularmente, el impedimento de todos los seguidores de Morena para emitir su sufragio por la persona favorita o indicada. “Es parte de la calentura”, afirmó.
Demostraciones azules
Pero también dentro de las filas azules existe una guerra fría abierta desde la convocatoria, inscripción y validación de los aspirantes a dirigir los comités directivos municipales en territorio tamaulipeco. Cada uno de los integrantes ya mostraron su simpatía a alguno de los aspirantes, reaccionando en varios casos de manera negativa.
Un caso es Ciudad Madero. Valente Mellado es denostado por un sector panista de la urbe petrolera al no tener la capacidad y experiencia en el trato directo con el miembro activo o adherente en sus años de militancia, concentrado más en otras funciones dentro del partido no propias de agrupar las voluntades.
Pero más cuestionado es Jorge Arteaga. Para muchos deja como mala lectura dejarse ver con Joaquín Hernández Correa y Ernesto Gutiérrez, un perredista y un priista, así como Marco Moctezuma que hace un año renunció a estos colores. Esto y estar bajo la sombra del ex alcalde morenista Adrián Oseguera (quiere otro partido bajo su control como el Verde y MC, comentan en aquel municipio), son “sumas que le restan”.
Dicho asunto como en otros municipios donde el grupo Cabecista juega sus últimas cartas para seguir teniendo el control, provoca un ambiente muy tenso que explotará el próximo 7 de septiembre, día de elegir a las nuevas mesas directivas.