Opinión
La Capitana y los gritos de independencia
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8 horas agoon
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Redacción
Histórico grito de independencia el de septiembre de 2025: Claudia Sheinbaum, la primera mujer en lanzar ¡vivas! y gritar los nombres de los héroes y las heroínas que nos dieron patria desde el balcón principal de Palacio Nacional.
Los símbolos políticos son evidentes en las imágenes previas a la celebración convocada en la plaza: el enorme retrato de María Josefa Crescencia y Ortiz Téllez Girón sobre una de las paredes, justo donde hacen una pausa la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, y su esposo (al que después ‘despedazarán’ en los ‘memes’ de las redes sociales -con razón de sobra-); la escolta militar femenina que entregó la bandera a la mandataria antes de salir al balcón; y el vestido color morado, icónico color del movimiento feminista, que portó con singular mezcla de distinción y sencillez la doctora.
Eso es la comunicación política: símbolos y significados que se resaltan en momentos claves.
Primer mujer en ocupar la silla del águila, Claudia Sheinbaum destaca en la ceremonia del grito de independencia los nombres de cuatro mujeres:
– Josefa Ortiz Téllez Girón. Sí, así como debe ser, como buena feminista, la doctora menciona a la heroína -a la esposa del Corregidor de Querétaro, Miguel Domínguez- con el nombre de soltera, sin la preposición ‘de’ que denota posesión o pertenencia (Josefa Ortiz ‘de’ Domínguez), una posesión… de índole matrimonial.
– Leona Vicario. Su nombre completo: María de la Soledad Leona Camila Vicario Fernández de San Salvador. De carácter fuerte, eligió que la conocieran como Leona. Mujer culta, devoradora de libros filosóficos y literarios, hablaba francés y algo de latín. Al ser partidaria de la autonomía de la Nueva España, se unió a la red de conspiradores de Valladolid (Morelia), San Miguel el Grande (hoy de Allende) y Querétaro. En una de esas reuniones, conoció y se enamoró de Andrés Quintana Roo, con quien vivió, perseguidos por los realistas, en virtual fuga… hasta que fueron aprehendidos, primero ella, después él. Perdonados y liberados, juntos observaron la entrada del ejército de las Tres Garantías de Agustín de Iturbide a la Ciudad de México. Al fallecer, en agosto de 1842, Leona Vicario fue nombrada Madre Benemérita de la Patria… y el general Santa Anna -un tema de la historia nacional que casi nunca se menciona- decretó que le realizaran funerales de Estado.
– Gertrudis Bocanegra. Se le conoce como La Heroína de Pátzcuaro. De joven, leyó un libro que cambió su forma de ver la vida: ‘El Contrato Social’ del brillante filósofo y escritor Jean-Jacques Rousseau, un libro que cuestionaba el poder de las monarquías absolutas y la influencia de las aristocracias. Tras morir su esposo y su hijo en una confrontación con los realistas, Gertrudis Bocanegra se unió a las gavillas insurgentes de Michoacán. En septiembre de 1817 fue detenida y, pocas semanas después, el 10 de octubre, fue fusilada en la plaza de Pátzcuaro.
– Y el nombre que pocos, muy pocos, conocían (salvo algunos historiadores y ciertos lectores apasionados): Manuela Molina, La Capitana. ¿Quién fue ella? Buena pregunta. Para comenzar, hay dudas en el nombre y en el lugar de nacimiento de la insurgente.
Una respuesta se encuentra en el libro de la doctora en Historia, Celia del Palacio, ‘Adictas a la Insurgencia (la historia perdida de las mujeres que lucharon por la libertad de México)’, publicado por editorial Planeta en 2019.
En la página 204, en el capítulo ‘Otras conspiradoras, correos y seductoras de tropa’, Celia del Palacio explica: ‘María Manuela Molina o María Manuela Medina, La Capitana. A veces se les confunde, ya que los nombres son similares y ambas recibieron el sobrenombre de La Capitana: la primera se dice que nació en Taxco y la segunda, en Texcoco. Probablemente hayan sido la misma persona’.
Añade: ‘Esta mujer levantó en su ciudad natal a un grupo de patriotas y anduvo en las campañas de Morelos. Se le concedió el grado de capitana por su valor. Sostuvo siete acciones de guerra en las que, a la cabeza de sus soldados, lograba hacer huir a los realistas. Sólo por conocer a Morelos, en 1813 viajó cien leguas hasta Acapulco y cuando lo logró, sólo le dijo: ‘Ya moriré con gusto aunque me despedace una bomba de Acapulco’.
Concluye: ‘Murió en Taxco (y aquí ambas versiones coinciden en el lugar) en 1822, a consecuencia de dos heridas de combate que la postraron un año y medio’.
Eso es lo que investigó y publicó sobre Manuela Molina o Manuela Medina una doctora en Historia egresada de la UNAM. A partir de la noche del martes pasado, gracias a la presidenta Claudia Sheinbaum, La Capitana ya es conocida y, sobre todo, reconocida como una mujer que alcanzó un grado militar en la lucha de independencia.
Por supuesto, la presidenta Sheinbaum mencionó en la ceremonia del grito a Miguel Hidalgo, José María Morelos y Pavón, Ignacio Allende y Vicente Guerrero.
Obvio, una vez más el nombre de Agustín de Iturbide, real consumador del proceso de independencia, no fue mencionado… ni lo será… por la razón de que ya fue condenado a estar del lado -de manera injusta (eso opino)- de los villanos de la patria. Así es la política y, por tanto, así es la manipulación de la historia.
Aquella madrugada del 16 de septiembre de 1810, Miguel Hidalgo, considerado el Padre de la Independencia, jamás dio una arenga a favor de la independencia. Fue una insurrección en contra del manejo de la administración del virreinato de la Nueva España. Con un cuadro de la Virgen de Guadalupe como lábaro o estandarte, se lanzó en contra del ‘mal gobierno’ y sus ‘gachupines’. No obstante, el cura lanzó vivas al rey español Fernando VII -al que quería de regreso en el trono-, depuesto por Napoleón Bonaparte, en la invasión francesa a la península ibérica de 1808.
En el contexto de la ceremonia que convoca a los mexicanos a las plazas principales de cada ciudad a recordar ‘el inicio de la independencia’ -así, entre comillas-, las autoridades salen a los balcones de los palacios o edificios gubernamentales a dar el tradicional ‘grito’, convertido en toda una fiesta.
El gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal Anaya, dio ‘el grito de independencia’ ante miles de personas que se reunieron en la Plaza Juárez de Ciudad Victoria.
Américo mencionó a los independentistas tamaulipecos Isadora Ovalle, Felipe de la Garza y Bernardo Gómez de Lara.
En Tampico, la alcaldesa Mónica Villarreal Anaya salió al balcón principal del Palacio Municipal y dio su primer grito ante miles de tampiqueños que abarrotaron la Plaza de Armas a pesar del pronóstico de lluvia.
Además de los nombres que suelen mencionarse en ‘el grito’, Mónica Villarreal lanzó un ‘viva’ para ‘la Victoria de Tampico de 1829’ y otra para Manuel Mier y Terán, designado segundo general en jefe del ejército de operaciones que impidió que España reconquistara México y se encargó de acciones específicas: la fortificación de la Villa de Altamira (donde dejó a cargo al general Zenón Fernández) y marchó hacia Doña Cecilia, días antes de la batalla, para tener noticias del fortín que los españoles ‘construyeron’ en La Barra’, a un lado del río Pánuco.
En Ciudad Madero, ya todos sabemos lo que sucedió: el alcalde Erasmo González Robledo cometió un error (al fin de cuentas era su primer ‘grito’) al decir ‘Josefa María Morales y Pavón’… la equivocación se viralizó a través de las redes sociales y de algunos medios nacionales.
Además, en un error menos notorio y que no fue señalado en redes o en medios, Erasmo lanzó un ‘viva’ a ‘Ignacio Aldama‘, cuando, seguramente, quiso decir Juan Aldama.
La equivocación -si así se le puede señalar- es mínima, ya que Ignacio y Juan eran hermanos y, efectivamente, lucharon en los primeros combates insurgentes.
Sin embargo, Juan Aldama fue un protagonista de la conspiración y de la insurrección, a tal grado que meses después, mientras huía junto a Allende e Hidalgo, fue aprehendido en Acatita de Baján… y después fue juzgado, sentenciado, fusilado y decapitado.
Posteriormente, las cabezas de Juan Aldama, Miguel Hidalgo, Ignacio Allende y Mariano Jiménez fueron colocadas -exhibidas en jaulas de hierro- en las esquinas de la Alhóndiga de Granaditas como advertencia para aquellos que quisieran o intentaran sublevarse. Ese fue el nivel de Juan Aldama en la rebelión… no así el de Ignacio Aldama, personaje a todas luces menor (quien no se salvó de ser fusilado).
Para el siguiente ‘grito’, Erasmo González debe ensayar más la ceremonia y evitar la lectura de una lista. Además, debe hacer menos caso a las falsas historias de marcianos en la playa de Miramar y poner más atención a los datos y los nombres de la historia nacional y regional. La desinformación tiene sus consecuencias. Un político de su nivel (llegó a ser presidente de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados) no debería caer en esas absurdas falsedades.
La celebración musical, esa sí, estuvo con todo en Ciudad Madero. La gente feliz con el concierto de ‘La Firma’.
En Altamira, Armando Martínez cumplió en una misma noche con dos gritos: primero, en Villa Cuauhtémoc, y luego, en la plaza principal de la ciudad. Respetuoso, el presidente municipal exaltó los nombres de los héroes y las heroínas que dieron la libertad a México.
Después, los miles de altamirenses cantaron y bailaron con la música de ‘Los Guardianes del Amor’.
Y PARA CERRAR…
¿Qué tal ‘el grito’ de Ricardo Salinas Pliego?… Al estilo de la extrema derecha gringa, con un movimiento con similitudes al de Donald Trump, el magnate y deudor de impuestos lanzó un mensaje a la nación la noche del 15 de septiembre…
Es claro que quiere ser el candidato de la oposición a la presidencia de México en 2030. ¿Lo logrará?…

La histórica ceremonia del ‘grito’ de la presidenta Claudia Sheinbaum.